A través de un comunicado público, el Frente de Guerra Oriental del Ejército de Liberación Nacional (ELN) aseguró haber realizado múltiples acciones armadas contra infraestructura petrolera en el país y propuso al Estado colombiano la suspensión de estos ataques, a cambio de una inversión social que sea administrada directamente por las comunidades.
En el mensaje firmado por el autodenominado ‘Comandante en Jefe Manuel Vásquez Castaño’, la guerrilla reafirma su postura crítica frente a la política energética nacional y sostiene que “la historia de la explotación petrolera en el país es de saqueo, despojo y violencia”, enmarcada en lo que consideran una entrega de la soberanía a intereses privados, tanto nacionales como extranjeros.
El grupo armado, que tiene presencia en varias regiones del oriente colombiano como Arauca, Casanare y el Magdalena Medio, señaló que ha realizado 23 voladuras contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas y cinco contra el oleoducto Bicentenario, especificando los tramos y kilómetros exactos donde se registraron las afectaciones.
En su pronunciamiento, el ELN expresa que:
“Los oleoductos de Caño Limón y Bicentenario continuarán siendo objetivo militar”, salvo que se llegue a un acuerdo que implique destinar un “monto social” para las comunidades afectadas, el cual debería ser manejado directamente por “el pueblo pobre representado en sus comunidades”.
El comunicado también contiene fuertes críticas al actual gobierno del presidente Gustavo Petro. Según el grupo insurgente, la administración actual no ha introducido cambios sustanciales en la política petrolera y “la realidad es otra: la política petrolera colombiana está tal y como la dejó Uribe Vélez”.
Finalmente, reiteran su disposición a “construir una salida integral de soberanía y profundo espíritu popular”, aunque no se menciona ninguna referencia directa a los diálogos de paz actualmente en curso con el Gobierno Nacional.