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Así va la polémica entre el Alcalde y cultores por el museo llanero de Arauca

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La Asociación Avenida Ciudad de Arauca fue notificada formalmente por la Alcaldía para desocupar en un plazo de siete días el espacio que ocupa dentro del “Museo del Hombre Llanero”. La administración municipal busca reorganizar el inmueble para establecer allí la Casa de la Cultura. La Asociación rechaza la medida y denuncia un desconocimiento de su labor cultural de más de tres décadas.

La Alcaldía de Arauca formalizó el 20 de octubre la solicitud de desalojo a la Asociación Avenida Ciudad de Arauca, mediante un oficio firmado por el secretario de Educación, Cultura, Deporte y Recreación, Aquilino Enrique Escobar Serrano. El documento establece un plazo máximo de siete días calendario para entregar el espacio que la asociación ocupa en las instalaciones del “Museo del Hombre Llanero”, propiedad del municipio.

Según el oficio, la medida responde a la “imperiosa necesidad institucional de reordenar y destinar la totalidad de los espacios del museo para el fortalecimiento de sus actividades misionales”, entre ellas la exposición, conservación, investigación y educación cultural.

La administración aseguró que la decisión busca “optimizar los servicios que se ofrecen a la comunidad araucana”, y reiteró que se trata de una medida administrativa, no personal, con la intención de organizar la infraestructura cultural del municipio. El documento solicita el retiro de todos los bienes y documentos pertenecientes a la asociación.

La presidenta de la Asociación, Gabriela Anave, lamentó la notificación y aseguró que representa una afectación directa al patrimonio histórico de Arauca. “Nosotras hemos trabajado durante más de 30 años por rescatar nuestras tradiciones, a sol y sombra, sin recursos, solo con voluntad”, afirmó.

Anave explicó que el lugar que hoy ocupan conserva una amplia colección de objetos históricos, instrumentos musicales, fotografías antiguas y archivos de valor cultural para la ciudad. “Aquí tenemos memorias de los años 40, 50, 60, donadas por familias tradicionales araucanas. Este espacio es parte de la historia viva del municipio”, añadió.

También cuestionó que no hayan sido incluidas en el proyecto que propone la Alcaldía: “Al menos merecemos ser parte de esa Casa de la Cultura que quieren hacer, porque somos raizales, algunas incluso de familias fundadoras”.

El diputado Dumar Sebastián Sánchez también se refirió públicamente al desalojo, manifestando su preocupación por la decisión de la administración municipal. “Con profunda tristeza e indignación tuve conocimiento de la decisión de la Alcaldía de Arauca de desalojar a la Asociación Avenida Ciudad de Arauca”, expresó.

Sánchez criticó la falta de espacios de diálogo entre la administración y la Asociación, señalando que “lo que se cuestiona de esta decisión es la incapacidad de generar diálogos con una organización que representa parte de nuestra identidad cultural”. Recordó que la Asociación ha sido la encargada de organizar, por más de tres décadas, la celebración del 4 de diciembre, Día de la Araucanía.

El diputado hizo un llamado a reconsiderar la decisión y buscar alternativas jurídicas que permitan a la Asociación mantener su sede y continuar con su labor cultural, la cual calificó como un aporte fundamental a la identidad llanera del municipio.

Por su parte, el alcalde de Arauca, Juan Qüenza, rechazó que la medida tenga motivaciones políticas. Afirmó que el municipio no puede seguir asumiendo los costos de servicios públicos, vigilancia y mantenimiento de espacios ocupados por privados.

“El predio pertenece al municipio y no tiene sentido que se pague agua, luz o vigilancia con recursos públicos para una asociación privada”, sostuvo.

El mandatario aseguró que el objetivo es adecuar el espacio para crear la Casa de la Cultura Municipal, con dotación para formar a jóvenes en instrumentos tradicionales como arpa, cuatro y maracas.

Sobre las acusaciones de despojo cultural, Qüenza afirmó que no existe persecución y agregó: “Ellas pueden buscar otro lugar y seguir con su trabajo, pero no en un espacio público financiado por todos los araucanos”. También cuestionó el manejo de recursos por parte de la asociación durante sus eventos: “Cobraban por puestos, pero no se sabe a dónde iban esos recursos”, indicó.

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