Colombia está próxima a suscribir un memorando de entendimiento con la República Popular China, en el marco de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, una iniciativa impulsada por el gobierno de Pekín con presencia en más de 140 países. El contenido del documento no ha sido divulgado públicamente, y sectores políticos y empresariales aseguran no haber sido consultados al respecto.
El acuerdo se firmaría durante la visita del presidente Gustavo Petro a territorio chino. Aunque no se trata de un tratado vinculante en términos jurídicos, el memorando podría generar compromisos a nivel estatal con efectos duraderos.
La Comisión Asesora de Relaciones Exteriores había sido convocada por la canciller Laura Sarabia para discutir el contenido del memorando. Sin embargo, la reunión no se concretó debido a que el mandatario desautorizó a la ministra. En consecuencia, la delegación viajó a China sin haber escuchado a expresidentes, congresistas o representantes del sector privado, de acuerdo con lo informado por Semana.com.
El comercio entre Colombia y China ha crecido durante las últimas décadas. No obstante, el intercambio es marcadamente deficitario para el país sudamericano. Según cifras citadas por Semana.com, Colombia exporta cerca de 2.377 millones de dólares en productos, mayoritariamente petróleo crudo, hullas térmicas y ferroníquel, mientras que las importaciones provenientes de China ascienden a 15.936 millones, generando un déficit superior a 13.500 millones de dólares.
Este escenario genera inquietud en sectores productivos, pues “el comercio lo ejerce el sector privado, y las decisiones que tome el Gobierno impactan de manera directa a las empresas nacionales”, indicó el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Bruce Mac Master. Añadió que este memorando “no es un acuerdo comercial, sino un mecanismo logístico para favorecer a China en su comercio internacional”, por lo que llamó a definir con claridad la estrategia internacional del país.
En declaraciones a medios, el exministro de Comercio José Manuel Restrepo expresó: “Esto debería ser revisado por sus eventuales implicaciones geopolíticas, económicas y de inversión, y particularmente por las implicaciones que podría tener en la relación con Estados Unidos”. Añadió que no se ha abierto un espacio de diálogo con el sector productivo para evaluar el alcance del acuerdo.
Colombia ha mantenido relaciones estables con China en las últimas décadas, bajo distintos gobiernos. No obstante, ninguno de los expresidentes Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos ni Iván Duque firmó un memorando de adhesión a la Ruta de la Seda. En palabras del expresidente Duque, “no quiso dar ese paso porque le parecía inconveniente”, tal como recoge Semana.com.
María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, solicitó a la Cancillería presentar un análisis detallado sobre los resultados de otros países al unirse a esta iniciativa y sus posibles impactos en el mercado nacional. “Firmar un memorando de entendimiento para unirse a la Ruta de la Seda –aunque no vinculante jurídicamente– constituye un gesto de alineamiento estratégico con un país que no opera bajo los principios de una economía de mercado”, advirtió.
Uno de los puntos más debatidos es si este tipo de memorando debe ser sometido a revisión del Congreso. El representante a la Cámara Óscar Darío Pérez afirmó: “No hay que firmar memorando de entendimiento para mejorar la relación comercial. ¿Esto tiene las mismas implicaciones de un tratado? De ser así, debe pasar por el Congreso de la República”.
Mientras tanto, las relaciones con Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia, atraviesan momentos de tensión. En este contexto, expertos advierten que una señal de alineamiento estratégico con China podría deteriorar aún más los vínculos con Washington.
A la espera de conocer el contenido oficial del documento, diferentes sectores han coincidido en la necesidad de que se haga pública la información antes de tomar decisiones de fondo que puedan tener efectos sobre el tejido productivo del país, la política exterior y las relaciones bilaterales.
