Durante los últimos dos años, el oleoducto Caño Limón – Coveñas se ha visto afectado por la instalación de válvulas ilícitas en diferentes regiones, siendo el Catatumbo en Norte de Santander el lugar donde mayormente se han detectado estas irregularidades.
Según Héctor Manosalva, presidente de Cenit, empresa de transporte de hidrocarburos, este fenómeno se ha acrecentado en los últimos años y podrían tener relación con aquellos lugares donde se evidencia el incremento de cultivos ilícitos; particularmente de coca, ya que este crudo sería utilizado como insumo para la producción de estupefacientes.
“Esto es un fenómeno que ha venido creciendo en los dos últimos años y tiene una correlación muy importante con el incremento de cultivos ilícitos particularmente de coca en donde en áreas como el Catatumbo hemos venido observando que el hurto. El crudo se extrae y se utiliza cerca de un 65% crudo extraído en la producción de coca y es un insumo importante para este tipo de actividad ilícita”, comentó.
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Para hacer frente a esta situación y detectar a tiempo las válvulas ilícitas, Cenit viene aplicando tecnología de punta para ejercer vigilancia en todo el tramo. Drones, Aeronaves Remotamente Tripuladas (ART), helicópteros del Ejército entre otros. Así mismo, resaltan la instalación de sensores de presión negativa y la utilización periódica de ‘marranos inteligentes’ que permite determinar la ubicación tanto longitudinal como radial de las válvulas ilícitas.
“Igualmente estamos utilizando una tecnología que es patente de Ecopetrol y es la tecnología de polímeros deformantes que los bombeamos dentro del producto y ellos van tratando de cerrar esos orificios de las válvulas ilícitas. La suma de estas tecnologías nos ha permitido reducir el hurto este año en cerca de un 36%”, detalló el presidente de Cenit.
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Por último, Manosalva destacó que vienen adelantando importantes programas con las comunidades de estos territorios para que puedan generar vocaciones complementarias y alternativas de subsistencia.
“Queremos que las comunidades tengan posibilidades diferentes a las de tener que utilizar el producto como un medio de vida en las regiones; estamos trabajando en esto”, finalizó.
Hay que recordar que el oleoducto Caño Limón Coveñas contabiliza más de 1.600 atentados en los 40 años que tiene de operación. De igual modo, se han generado cerca de 3.8 millones de barriles derramados por cuenta de estos atentados, impactando directamente el medio ambiente.
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