La comunidad de Arauca se alista para recibir a una de las figuras más queridas y respetadas: Sor Bernarda, religiosa de la congregación de las Hermanas de María Mediadora, quien dedicó más de dos décadas a su labor misionera en el departamento. El motivo de su visita es rendir homenaje a su invaluable contribución al bienestar, desarrollo espiritual y educativo de las comunidades más vulnerables.
En las últimas horas llegó a la capital araucana y fue recibida con flores y feligreses que la recuerdan con gratitud y afecto. Como Alex Devia, promotor y gestor de su visita. Facilitador del reencuentro con el departamento que, según la misionera paisa, lleva en su corazón.
“Siento alegría, entusiasmo. Hay que darle gracias a Dios que ha tocado el corazón de todos y los ha animado a buscarme”: Sor Bernarda.
Sor Bernarda llegó por primera vez a Arauca hace más de 40 años. Desde entonces, se ganó el respeto y afecto de la población gracias a su entrega, humildad y compromiso con los más necesitados. Durante su tiempo en la región, trabajó incansablemente en proyectos educativos, programas de atención a la infancia y apoyo a familias en situación de vulnerabilidad, dejando una huella imborrable en la vida de muchas personas.
“Siento alegría, entusiasmo. Hay que darle gracias a Dios que ha tocado el corazón de todos y los ha animado a buscarme”, fueron sus primeras palabras al momento de pisar suelo araucano. Y en tono jocoso agregó: “Quiero agradecerles a los araucanos. Todo mi agradecimiento porque yo pensé que ya mi nombre no existía por aquí”.
Dijo en Al Aire Noticias que cuando estuvo en Arauca “sembré una semilla que ahora vengo a verla bien florecida”.
El homenaje, organizado por amigos y feligreses de la diócesis de Arauca, tiene como objetivo destacar el esfuerzo incansable de Sor Bernarda, cuyo impacto trascendió fronteras religiosas y sociales. Su visita coincide con la conmemoración de la Beatificación de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. Dicen quienes facilitaron su regreso, que estará durante casi un mes recorriendo los municipios y alentando a la población a encomendarse a Dios para que proteja este territorio del llano colombiano.
Sor Bernarda ha expresado su profunda emoción por este reconocimiento, destacando que, aunque su misión física en la región finalizó hace algunos años, su corazón sigue con el pueblo de Arauca. Este homenaje también invita a reflexionar sobre la importancia del servicio comunitario y cómo el ejemplo de Sor Bernarda puede inspirar a futuras generaciones a contribuir al bienestar común.
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