En las últimas semanas, los recurrentes atentados al oleoducto Caño Limón – Coveñas han ocasionado la contaminación de fuentes hídricas como los ríos Margua y el Arauca.
El más reciente, fue el registrado el pasado 27 de septiembre en la vereda El Limoncito en el municipio de Toledo, Norte de Santander, donde se produjo un derrame significativo de crudo que además de contaminar ríos, afectó los cultivos de las comunidades rurales cercanas a la zona.
Hay que recordar que los municipios como Arauquita y Saravena, abastecen sus cascos urbanos con agua que es captada a través de las bocatomas instaladas por las empresas de acueductos. Pero, ¿qué peligros surge tanto para seres humanos como animales, el consumir o estar expuesto a las aguas contaminadas por crudo?
El doctor en Ciencias Computacionales y Magister en Biología Molecular y Biotecnología, Nelson Fernández, catalogó como “grave” que el derrame de crudo llegue a los sistemas acuíferos ya que tienen un impacto directo sobre la fauna y en seres humanos si no se toman medidas al respecto. Así lo explica el experto:
“El crudo cuando llega al agua; si el agua está estancada, establece una película de 1 mm que no permite que pase la luz. Por ejemplo si un ave llega, se va a impregnar y cuando salga va a tener un recalentamiento, va a morir; todo lo que haya en esa área va a morir por un tiempo. El tema grave es que los ecosistemas son resilientes y con el tiempo muestran recuperación. La película de petróleo luego tiene un efecto en ese milímetro de degradación del sol y se genera un efecto que se llama tornasol y desaparece, pero aparentemente pasa y se recupera, pero eso no es así”, explicó.
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Fernández resalta que si bien el efecto tornasol desaparece a simple vista, en el agua pueden permanecer compuestos tóxicos de los hidrocarburos como el benceno, el tolueno y xileno, los cuales podrían ser cancerígenos.
“Hay mucha historia sobre los oleoductos que han ocasionado contaminación persistente, eso hace que la potabilización del agua sea muy complicada porque son cosas que no se ven y se necesitan análisis especializados de absorción atómica y demás aparatología compleja que regularmente no están los acueductos para que se puedan detectar. Si esta agua llega a filtrarse y ser consumida podría tener un impacto en la salud humana. Esto puede causar enfermedades crónicas agudas, problemas de irritaciones de piel, cáncer, entre otras”, contó.
La responsabilidad para el cuidado del medio ambiente no solo recae en el gobierno, sino también en la sociedad activa por medio de sus entidades y comunidades para preservar el ecosistema, es por ello que se insta a todos los actores para que generen y se apliquen los mecanismos de conservación.
“Nosotros como seres humanos somos los que tenemos que mantener el balance. Existen los mecanismos, existen las metodologías, lo único que falta es voluntad, decisión. La ciencia produce el conocimiento, la política los mecanismos y la sociedad puede operacionalizar esto y en realidad es un tema más que nada de bienestar para todos. La gestión integrada del recurso hídrico es posible y en un lugar tan hermoso, con tantísima riqueza como Arauca, yo creo que más que un sueño está algo tangible y algo posible”, finalizó.