Los constantes cortes de energía en la frontera, particularmente en San Antonio del Táchira, Venezuela, han obligado a los comerciantes a destinar sumas considerables de dinero para mantener en funcionamiento sus negocios con plantas eléctricas.
Algunos pueden llegar a gastar hasta 50.000 pesos diarios en combustible para mitigar los efectos de interrupciones que se prolongan entre tres y cuatro horas.
Según reseñó La Nación Web, una comerciante relató que, durante un corte de cuatro horas el martes 28 de enero, consumió cinco botellas de dos litros de gasolina, lo que representó un gasto de 45.000 pesos. Su planta eléctrica, de 6.500 watts, terminó averiada y actualmente se encuentra en reparación. “Solo la reparación cuesta, como mínimo, 100.000 pesos”, explicó, haciendo un llamado a las autoridades para que consideren la difícil situación del comercio en la zona.
Otro comerciante, dueño de una barbería, comentó que su gasto en combustible es de aproximadamente 12.000 pesos por cada jornada sin electricidad. “Solo enciendo la planta cuando llegan clientes, así reduzco el consumo y el impacto económico”, detalló. Su generador, de 3.500 watts, le permite operar en intervalos para evitar mayores costos.
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Por su parte, un vendedor de artículos para el hogar señaló que, en la última interrupción del servicio eléctrico, ocurrida entre las 3:00 p.m. y las 7:00 p.m., invirtió 35.000 pesos en gasolina para mantener su local abierto. “Esto nos está asfixiando”, lamentó.
Según comerciantes consultados, más del 90% del comercio en San Antonio del Táchira se encuentra paralizado, una crisis que se agrava con la falta de un servicio eléctrico estable. Además del gasto diario en combustible, deben asumir costos adicionales de mantenimiento. “Cada mes se necesitan entre 40.000 y 50.000 pesos solo para cambiar el aceite de la planta”, explicó un afectado, subrayando la incertidumbre que genera la ausencia de un cronograma oficial de racionamiento.
En total, un comerciante puede llegar a gastar hasta 1.300.000 pesos mensuales en combustible para su generador. “Esto no debería estar pasando. Imagínese lo que debe invertir una clínica para seguir funcionando”, reflexionó un ciudadano, evidenciando la magnitud del problema que afecta tanto a pequeños negocios como a sectores esenciales.
Con información de La Nación Web.