Durante un conversatorio sobre la identidad llanera y su evolución en el tiempo, el investigador y escritor Juan Jacobo Carrizales destacó la conexión espiritual y cultural que une a los habitantes del llano con su territorio.
Carrizales señaló que la identidad llanera forma parte del alma y la espiritualidad de quienes nacen y viven en esta región, y reafirmó que “somos llaneros porque tenemos alma llanera y porque somos los herederos de toda aquella génesis”.
En su intervención, explicó que la historia del pueblo llanero es parte de un proceso diacrónico en el cual se hereda una tradición construida en el tiempo, y recordó la definición del naturalista Alexander von Humboldt, quien se refirió a este territorio como “el país llanero”.
Carrizales reconoció que, con el paso del tiempo, las nuevas generaciones introducen transformaciones dentro de la cultura llanera, lo que consideró como un proceso natural. “Es lógico porque la cultura no es un ente estático, la cultura cambia con cada generación”, expresó.
Además, explicó que este fenómeno puede entenderse desde dos fuerzas: una centrípeta, que cohesiona y preserva las tradiciones, y otra centrífuga, que impulsa los cambios y adaptaciones culturales. Ambas fuerzas coexisten y determinan la evolución de la identidad regional.
A pesar de estas transformaciones, el investigador concluyó que la esencia llanera permanece intacta: “aunque claro que hay variedad, seguimos siendo llaneros con alma llanera”.

