El municipio de Arauca se encuentra en medio de una controversia tras la vandalización del busto de Simón Bolívar, ubicado en el parque principal de la ciudad, durante la jornada del Día Internacional de la Mujer. El historiador Alberto Sabogal Gómez fue quien dió a conocer las imágenes del monumento rayado y rechazó estos actos, calificándolos como una agresión al patrimonio cultural de la ciudad. También reportó grafitis en otros lugares como la redoma del hospital.
El hecho ha generado indignación en distintos sectores de la comunidad, especialmente entre historiadores y líderes políticos. El concejal Jhonny Kay expresó su rechazo a este acto, argumentando que si bien la lucha por los derechos de las mujeres es legítima, la protesta no debe llevarse a cabo a través de la destrucción del patrimonio cultural de la ciudad.
“Las causas justas deben promoverse con acciones constructivas, no destructivas. Atentar contra nuestro patrimonio es un acto que no representa los valores de respeto y justicia que defendemos como sociedad”, señaló Kay.
Por su parte, el alcalde de Arauca, Juan Qüenza, fue más contundente en su respuesta, exigiendo que los responsables limpien el monumento y lo dejen en su estado original. Advirtió que, de no hacerlo, tomarán acciones legales para que “les caiga todo el peso de la ley”.
“Le exijo a los promotores de la manifestación de ayer que respondan por estos actos. Vamos a hacer todo lo pertinente para que sean sancionados”, declaró el mandatario.
El incidente ha generado un fuerte debate en redes sociales y en la opinión pública de Arauca. Mientras algunos defienden la manifestación como un llamado de atención sobre la violencia y desigualdad que enfrentan las mujeres en Colombia, otros consideran que este tipo de actos deslegitiman la causa feminista y afectan la imagen de la ciudad.
Este no es el primer caso de vandalización de monumentos en el país en el marco de protestas sociales. En otras ciudades, estatuas de figuras históricas han sido intervenidas como forma de protesta, lo que ha abierto el debate sobre los límites de la manifestación y la protección del patrimonio cultural.
Las autoridades han anunciado que se iniciará una investigación para identificar a los responsables de los grafitis y determinar si habrá sanciones. Asimismo, se evalúan estrategias para evitar que futuros actos de vandalismo afecten los monumentos de la ciudad.
Por ahora, la comunidad sigue dividida entre quienes ven en este hecho un acto legítimo de protesta y quienes lo consideran una agresión contra la memoria histórica de Arauca.