El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, hizo un llamado este lunes al Gobierno de Colombia y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) para que restablezcan el cese al fuego bilateral, que estuvo vigente hasta agosto del año pasado y que no se logró renovar debido a diferencias en la mesa de negociaciones, actualmente suspendida.
“Hago un llamado a las partes para que establezcan un nuevo cese al fuego lo antes posible, con un mecanismo sólido de monitoreo y verificación y un alcance suficientemente amplio para mejorar la seguridad de las comunidades afectadas por el conflicto”, señaló Guterres.
El pronunciamiento se realizó en el marco del informe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, que será presentado el próximo 22 de enero ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York. En el documento, el secretario general destacó las reuniones extraordinarias realizadas en Caracas entre el Gobierno colombiano y el ELN, con el objetivo de reactivar las negociaciones.
Guterres expresó optimismo por los compromisos manifestados por ambas partes para avanzar en los próximos meses.
“Me siento alentado por las intenciones expresadas de avanzar rápidamente. Insto a las partes a consolidar el progreso alcanzado hasta la fecha en la mesa de negociaciones y a mantener el enfoque en el objetivo global de la paz”, afirmó.
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Desde noviembre de 2022, el Gobierno y el ELN retomaron las negociaciones de paz, llevando a cabo varios ciclos de diálogo. Sin embargo, las conversaciones están suspendidas y se prevé que este mes se reanuden para intentar destrabar los avances.
Además, Guterres instó al Gobierno colombiano a incorporar enfoques de género y considerar las prioridades del capítulo étnico en el “plan de choque” propuesto para acelerar la implementación del acuerdo de paz firmado con las FARC en 2016. Según el secretario general, estas medidas pueden fortalecer el proceso y contribuir al desarrollo de las regiones más vulnerables.
“Es alentador que, en el marco de este plan, se hayan establecido pactos territoriales entre las comunidades y las autoridades locales y nacionales”, destacó Guterres. “Esto puede ser un paso importante para ampliar la presencia del Estado y llevar los dividendos de la paz, como el acceso a educación, salud y medios de subsistencia, a las regiones históricamente marginadas”.
El Gobierno colombiano busca ampliar el plazo para la implementación del acuerdo, inicialmente previsto para 15 años, en otros cinco u ocho años. Además, propone medidas extraordinarias para superar los obstáculos estructurales que han frenado el avance del proceso.
El mensaje de Guterres resalta la urgencia de consolidar los esfuerzos hacia una paz duradera, mientras Colombia enfrenta retos en la implementación de acuerdos pasados y en las negociaciones con actores armados actuales.