En un operativo conjunto, la Policía Nacional, la Comisaría de Familia, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Inspección de Policía y la Secretaría de Gobierno municipal intervinieron una fiesta clandestina en la que participaban más de 80 menores de edad.
El evento, organizado a través de redes sociales, fue detectado por las autoridades, quienes procedieron a su disolución.
Durante la intervención, los adolescentes fueron sorprendidos consumiendo bebidas embriagantes, lo que activó el protocolo de restablecimiento de derechos. Los jóvenes fueron trasladados al auditorio Trino Torres, donde las autoridades les recordaron tanto sus derechos como sus deberes y responsabilidades.
En el marco de la jornada, se reiteró la vigencia del decreto que prohíbe la permanencia de menores de edad en las calles después de las 10:00 p. m.
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“Los adolescentes fueron conducidos en compañía de la Comisaría de Familia para el restablecimiento de derechos y posteriormente entregados a sus padres, a quienes se les hizo un llamado a ejercer mayor control sobre sus hijos”, informaron las autoridades.
El hecho reabre el debate sobre la importancia de la supervisión parental y el cumplimiento de las normas diseñadas para proteger a los menores de edad. Permanecer en la calle a altas horas de la noche los expone a múltiples riesgos, como el consumo de sustancias psicoactivas, la violencia y la delincuencia.
Las autoridades insistieron en que la responsabilidad de la crianza recae en los padres, quienes deben velar por el bienestar y la seguridad de sus hijos.